El gratinado, por lo general, es una técnica que consiste en cubrir los alimentos con una capa de queso que, al recibir calor directo, se funde quedando dorada y crujiente. Este color marroncito tan apetitoso se debe a la denominada reacción de maillard. Se trata básicamente de una serie de reacciones químicas entre las proteínas y los azúcares que tiene como resultado esa deliciosa costra crujiente.
Las herramientas más comunes para conseguir esta técnica son los hornos, los microondas con grill y los sopletes. La mejor opción para un resultado óptimo son los hornos. Los microondas tienden a reblandecer la comida y los sopletes son más efectivos en elaboraciones pequeñas o individuales.
Consejos para el gratinado perfecto
- Ten en cuenta que se trata de una técnica de terminado de platos y no de cocción.
- No todos los tipos de queso gratinan igual de bien. La mozzarella y el emmental son los más aconsejables, mientras que la ricotta o el queso feta se funden peor.
- Coloca el plato cerca de las resistencias superiores del horno. De esta forma estará más cerca de la fuente de calor y el proceso de gratinado será óptimo.
- Es recomendable girar el plato en el horno durante el proceso para que conseguir un dorado uniforme, ya que muchas veces el aire caliente no se distribuye de forma homogénea.
- Sirve en caliente para aprovechar al máximo los sabores y las diferentes texturas del gratinado.
- Para recalentar un plato lo mejor que puedes hacer es volverlo a meter al horno cubierto de papel de plata a media temperatura. De esta manera evitarás que se queme la capa superior y conseguirás la misma textura que cuando fue preparado.
Más allá del queso
A pesar de que es la forma más común de gratinar, esta técnica se puede hacer con otros ingredientes más allá del queso. La salsa bechamel, el pan rallado, la nata, la mayonesa o el alioli son otras opciones más originales con las que conseguir esa capa exterior crujiente.
Son una opción diferente y en muchos casos más light que el queso. Para conseguirlo, simplemente sustituye la capa de queso por una capa de alioli o mayonesa y mete tu plato al horno con el grill. Déjalo unos 5 minutos hasta que veas que la capa superior se tuesta ligeramente y consigue ese delicioso color dorado.
Más allá de la pasta
Si hay un plato líder absoluto del gratinado es la pasta. Ya sean macarrones, espaguetis, lasañas o canelones, a todos les queda perfecto ese toque crujiente y sabroso. Pero… ¡hay vida más allá del gratén para los platos de pasta!
Te proponemos las siguientes recetas para que pruebes sabores nuevos y juegues con el gratinado en pescados, arroces o verduras: