Con el transcurso del otoño, aumentan los casos de personas afectadas por el resfriado común.
¿Por qué nos resfriamos?
Esto se debe a los cambios climáticos que acontecen al dar paso a la humedad y el frío típicos de esta estación, después de los meses calurosos del verano, puesto que el cuerpo necesita realizar un trabajo más intenso para poder mantener la temperatura corporal. Durante esa transición y si entramos en contacto con los virus que provocan el resfriado, pueden bajarnos las defensas y contagiarnos, lo cual no suele resultar demasiado difícil. Por este motivo, supone un riesgo para la salud de aquellas personas con el sistema inmunológico más frágil; de ahí la importancia de tomar medidas que nos permitan prevenir el resfriado y evitar las molestias – que para algunos son verdaderos peligros – que éste conlleva.
¿Qué medidas tomamos para prevenir el resfriado?
Existen diversas medidas que podemos tomar para intentar no enfermar durante los períodos más fríos del año. La primera forma de prevenir el resfriado, aunque la que seguramente todos haréis es la de cubriros con ropa de abrigo. Es recomendable cubrir especialmente las manos y los pies cuando se notan demasiado fríos, ya que son zonas muy sensibles.
Por otra parte, además de evitar las corrientes de aire o dormir destapados, es conveniente que os cubráis con una manta si vais a pasar un buen rato en el sofá, ya sea viendo la televisión o leyendo.
Los pañuelos y bufandas también son prendas imprescindibles para proteger la garganta y las vías respiratorias en las zonas con ráfagas de aire, como puede ser al salir del trabajo o de bajar de un autobús.
Además, es crucial lavarse las manos bien y a menudo y ventilar bien las habitaciones.
¿La alimentación nos puede ayudar a prevenir el resfriado?
En el cuidado de nuestra salud la alimentación juega un papel fundamental, ya que a través de la misma podemos garantizar una máxima protección frente a estos agentes externos y conseguir un estado óptimo de nuestro sistema inmunitario, para prevenir el resfriado y otras enfermedades.
¿Qué dieta seguimos, entonces? Ante todo, una dieta sana y equilibrada nos ayudará a estar preparados.
Entre los nutrientes más implicados en el fortalecimiento del sistema inmunitario, encontramos la vitamina C, que contribuye a la función normal del sistema inmune, con lo que ayudará en prevenir el resfriado. La encontramos en frutas tales como las naranjas, las mandarinas, los kiwis y el mango. Es recomendable que a diario tomemos por lo menos un alimento rico en vitamina C, ya que nuestro organismo no lo almacena.
También se conoce que el déficit de ciertos nutrientes, como el selenio y el zinc, puede provocar que nuestro sistema inmune se debilite, aumentando la susceptibilidad ante cualquier infección. Encontraréis el selenio en alimentos como el huevo, los cereales integrales, las legumbres, las carnes y los pescados; y el zinc, en los quesos curados, los mariscos, las legumbres, el huevo y los frutos secos.
También resulta interesante mencionaros el ajo y la cebolla por sus propiedades antivirales, con lo cual una sencilla sopa de ajo puede ser un plato ideal.
¡Este otoño, olvídate del resfriado!