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El bosque mediterráneo, la belleza de lo nuestro

El bosque mediterráneo, la belleza de lo nuestro

Los bosques mediterráneos no tienen parecido a ningún otro de cualquier región de la Tierra. Diversos, exuberantes y profundamente moldeados por miles de años de intervención humana, son la cuna de la civilización occidental.
Cuando se habla de la región mediterránea, se puede entender que el pensamiento viaje hasta imágenes llenas de mares azules y playas doradas, de sol y arena, un paraíso para los turistas. Pero son los bosques los que más caracterizan la notable biodiversidad de la región.

El bosque Mediterráneo, un tesoro de la flora y fauna de España

Los bosques mediterráneos son extraordinariamente bellos, fascinantes. Son un caleidoscopio en todos los tonos de verde. Son uno de los centros de diversidad de plantas del planeta, con más 25.000 especies conocidas. Y la costa española es uno de los rincones más ricos en variedad animal y vegetal de todo el litoral que baña el Mar Mediterráneo.
Desde la región de Cataluña hasta el sur de Andalucía, todos los bosques poseen un patrimonio extraordinario de riqueza cuya conservación es altamente beneficiosa para la sociedad y especialmente para aquellos pueblos que aún viven de ellos.
El clima mediterráneo, caracterizado por temporadas de verano prolongadas, secas y cálidas, ocurre solo en el 2% de la superficie terrestre, entre un rango de latitud más o menos amplio (28° y 45°). Ese clima lo comparten grandes áreas de California, Chile central, el Cabo Occidental, el suroeste de Australia y la propia región mediterránea. Pero esta última es de lejos, la más grande de estas regiones.
Y es que el mar Mediterráneo es uno de los más grandes del mundo, una zona de transición entre los continentes europeo, africano y asiático. Pero al detenerse en la costa española, se puede observar las diferencias con el resto: las montañas constituyen su columna vertebral y determinan el destacado patrimonio natural y cultural de las regiones españolas bañadas por él.
Ya sea en las Alpujarras de Andalucía o en la comarca catalana de La Garrotxa de Girona, durante milenios las comunidades han vivido en armonía con la naturaleza, protegiendo una amplia gama de flora y fauna únicas en sus regiones.
Antes de que los humanos comenzaran a explotar los ecosistemas regionales del Mediterráneo hace miles de años, los bosques cubrían el 82% del paisaje.
Hoy en día, su extensión es cinco veces menor y está en gran peligro de reducirse aún más. Sin embargo, a pesar de un agotamiento tan alarmante, los bosques mediterráneos, los bosques y los matorrales forman una destacada ecorregión terrestre. Todavía es extraordinariamente rica en especies y tipos de bosques, la mayoría de los cuales son endémicos.

Tipos de vegetación en los bosques mediterráneos

Y de entre los bosques mediterráneos se pueden diferenciar hasta cinco grupos diferentes, según su ubicación, las condiciones del terreno y el clima que habitan.

Coníferas montañosas mediterráneas y bosques mixtos

Las elevaciones frías y húmedas de las cordilleras costeras albergan una rica biodiversidad en especies de plantas. Los paisajes forestales se caracterizan por muchas coníferas endémicas y amenazadas: abeto, cedro, pino y enebro. Los bosques de coníferas de crecimiento antiguo aún permanecen en áreas aisladas y en pendientes empinadas inaccesibles.

Bosques de frondosas

En este tipo de bosques abundan los árboles de hoja ancha y la vegetación es más rica, porque se encuentran en esos rincones de nuestra geografía donde reciben mayor humedad que los bosques de coníferas u otras zonas más secas.

Las dehesas

Se caracteriza por bosques de encinas, corcho, jara y robles, algunos de estos árboles pueden llegar a tener cientos de años.  Su origen era el típico bosque mediterráneo pero la acción del hombre eliminó parte de esa masa arbolada y la convirtió en un territorio que conjuga la actividad económica agrícola con la forestal y la ganadera, dando lugar a un espacio de una gran biodiversidad.

Los olivares

El monocultivo milenario del olivar salpica mucha geografía española, incluso se pueden encontrar en estrechos cañones excavados por ríos y arroyos de montañas, un refugio para especies en peligro de extinción como el lince ibérico y el lobo, así como águilas, buitres, ciervos, jabalíes …

El soto bosque

Alberga una extraordinaria diversidad. Aunque falten los árboles, los arbustos de gran talla como los madroños, agracejos y durillos (en realidad arbolitos ramificados desde la base), tienen una entidad propia, formando el matorral mediterráneo, con interés biogeográfico y ecológico.
En este inmenso bosque mediterráneo hay sitios arqueológicos, una gran cantidad de especies de animales para ser vistas, pinturas rupestres, fuentes termales, lagos, ríos, pistas y senderos …
Clima, geografía, geología, tradición cultural e historia se unen para caracterizar la región mediterránea, que es un punto de encuentro de civilizaciones y naturaleza. Un contexto humano tan complejo no puede entenderse aparte del mundo natural. La naturaleza siempre ha tenido, y seguirá teniendo, una profunda influencia en la vida de las personas.

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