La música amansa a las fieras. Esta popular expresión tiene su origen en la mitología griega, en la leyenda de Orfeo. Según los relatos, el genio musical de este poeta y músico griego hacía que, cuando tocaba su lira, las fieras se calmaban y el pueblo se reunía para escuchar sus acordes y “descansar sus almas”.
La música chill out es hoy una de nuestras mejores opciones para “descansar el alma”, especialmente en un momento en el que la prisa y la rutina piden encontrar momentos de calma. Momentos para relajarse y dejarse llevar. Así, el chill out ha generado una subcultura particular que trasciende la música. Ya no se trata de unos ritmos musicales concretos sino de un ritmo de vida. Canalizar los sentimientos a través de la música. Explorarlos a través de su armonía.
Así nace un género musical que, curiosamente, tiene sus raíces en música muy variada y opuesta al chill out actual: house, trance o, incluso, rock. Nace, especialmente, de la adaptación de estos ritmos excéntricos durante los años 90 para rebajar su “exceso” y transformarlos a una cadencia más relajada y armoniosa. De hecho, el término chill out – enfriar, en inglés – se utilizó por primer vez en Mánchester para denominar a las habitaciones de relax habilitadas por ley en los clubes del Reino Unido para evitar efectos negativos del consumo desenfrenado de drogas.
Chill out y el Mediterráneo
La progresiva adaptación estos ritmos dio paso a una especie de “new age ambiental” que fue tomando forma hasta convertirse en un estilo de vida que ha tenido gran desarrollo en la cultura mediterránea. En este sentido, Ibiza es uno de los grandes referentes internacionales del estilo de vida slow, el terraceo y la música chill out. En torno a esta subcultura y forma de entender la vida han surgido espacios de relax como el clásico Café del Mar.