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¿Qué es el slow cooking?

¿Qué es el slow cooking?

El estilo de vida actual nos ha llevado poco a poco a consumir una mayor cantidad de alimentos ultra-procesados, recetas sencillas y fáciles de hacer, e incluso recurrir a la comida preparada a domicilio por comodidad y falta de tiempo. En contraposición al estrés que genera cocinar rápido y mal, el slow cooking está volviendo a ponerse de moda. ¡Tal y como cocinaban nuestras abuelas!
Porque antes no existían electrodomésticos de cocina como el microondas o los robots de cocina, ni si quiera las ollas a presión tan modernas que tenemos en la actualidad. No había tanta disponibilidad de alimentos ya preparados de cocción rápida. Las comidas estaban llenas de sabor y las disfrutábamos más.
Realmente, no existe nada mejor para que los platos tradicionales elaborados con mimo durante horas a fuego lento extraigan todas sus propiedades naturales, y en esto consiste percisamente el slow cooking; volver a nuestros orígenes para seguir un estilo de vida más saludable y disfrutar de la comida como antes.

¿Qué son las ollas de cocción lenta?

Las ollas de cocción lenta, slow cookers o crock pot, son la herramienta clave para poner en práctica el slow cooking en casa. Son ollas que van adquiriendo el calor poco a poco, de manera gradual, cocinándose los alimentos más lentamente sin riesgo a que se quemen y sin tener que estar removiendo constantemente.
Esta manera de cocinar es la misma que se ha usado tradicionalmente. Gracias a estas ollas las legumbres se cuecen perfectamente, la carne guisada adquiere una textura perfecta, y los sabores se van mezclando poco a poco, para disfrutar de un plato delicioso sin necesidad de añadir demasiada sal o especias.

¿Cómo se hace el slow cooking?

Posiblemente pienses que a tu día le faltaría demasiadas horas para poder dedicar el tiempo necesario a hacer una comida que requiere un largo tiempo de cocción. Pero precisamente esta es una de las mejores características del slow cooking, que a diferencia de otras técnicas en las que preparas un plato en tan solo 20 minutos, para una receta de 4 o 6 horas no necesitas estar todo el tiempo pendiente de la olla.
Las recetas rápidas te exigen que estén pendiente de su cocinado en todo momento, sin poder despegarte de la sartén o la olla para que no se te queme. En cambio, cocinar en una crock pot o al estilo tradicional de ‘olla lenta’, te permite dedicar más tiempo a otras cosas.
Para hacer el slow cooking solo tienes que poner los ingredientes en la olla, y dejarla en el fuego mientras se cocina. Al mismo tiempo puedes trabajar, hacer otras actividades en casa, o simplemente descansar, removiendo de vez en cuando la olla para ver cómo avanza la preparación.
Sabrás que el plato está listo cuando notes que la textura y el sabor son perfectos. Al igual que hacen los grandes cocineros, y siguiendo la técnica de nuestras abuelas, lo propio sería dejar el cucharón de madera al lado de la olla, para remover y probar hasta completar el proceso.

Ventajas de cocinar con ollas de cocción lenta

Como ya hemos indicado, cocinar con una olla lenta tiene la gran ventaja de que no necesitas prestar demasiada atención cuando está en los fogones. Incluso si no eres muy amante de la cocina y no te gusta pasar más tiempo del necesario con el delantal puesto, la olla hace gran parte del trabajo por ti mientras te dedicas a otras cosas.
Otra de las ventajas que ofrece es que la cocción lenta consigue una textura exquisita en cualquier tipo de carne. Se puede aplicar a pescado y productos del mar, arroces, legumbres, mermeladas y otros platos dulces, así como a cualquier elaboración típica de la deliciosa cocina mediterránea.
Al tratar con tanto mismo los alimentos, cocinándolos lentamente a baja temperatura, por un lado estamos ahorrando energía y cuidando el medio ambiente. Por otro lado, podemos apreciar mejor sus sabores naturales para cocinar con menos sal sin dejar de lado el sabor.

Slow cooking y dieta saludable

El slow cooking es una alternativa mucho más saludable que recurrir a una cocina rápida en la que primen los alimentos ultra-procesados. Al cocinar en casa al estilo tradicional, controlamos mejor los ingredientes de nuestros platos, evitando aquellos que son menos recomendados para su consumo diario.
Hacer un buen tratamiento de la materia prima durante el cocinado nos evita añadir un exceso de sal y de grasa. Limitamos el consumo de saborizantes que no son necesarios cuando los alimentos van soltando lentamente sus propios jugos.
Las ollas lentas toman temperatura muy poco a poco, alterando menos los nutrientes esenciales de los alimentos que tomamos. De esta forma es posible aprovechar las vitaminas, minerales, ácidos grasos y aminoácidos esenciales, que no se ven alterados debido a un cambio de temperatura brusco.
El slow cooking es una forma de cocinar que se suma a la nueva tendencia del realfooding. Volver a las tradiciones de toda la vida, consumir alimentos frescos de temporada, y cocinarlos de manera respetuosa, es más beneficioso para el medio ambiente, para nuestro bolsillo, nuestra salud, y además está delicioso. ¡Vuelve a disfrutar de la buena comida!

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