SÍGUENOS |

Ventajas nutricionales del ajo

Ventajas nutricionales del ajo

Ajo hervido, ajo vivido”, “Ajo, cebolla y limón y déjate de inyección”, “En tiempo nevado, un ajo vale lo que un caballo”. Como veis, el ajo es un alimento es muy aludido en nuestro refranero.

El consumo del ajo se conoce desde hace ya 6000 años, según cuenta la mitología en el antiguo Egipto, por los esclavos creadores de las tan impresionantes pirámides. También por los atletas griegos antes de las competiciones, para aumentar su fuerza física.

El ajo destaca no solo por su riqueza en minerales, como el potasio, fósforo, magnesio, zinc y yodo, sino también por su contenido en vitaminas del grupo B (B1, B3 y B6) y en vitaminas antioxidantes como la C y la E.

Los beneficios del ajo

Las propiedades saludables del ajo se asocian al contenido en principios activos ricos en azufre (aliína, entre otros), siempre y cuando se consuma en crudo. Este compuesto también es el responsable de su olor tan fuerte, característico después de comerlo. Una buena forma para combatir este olor es masticar hojas que tengan alto contenido en clorofila como las de perejil, menta, albahaca o apio. O, también, posteriormente hacer enjuagues con agua y limón.

En el momento de comprar ajos secos, para elegir los de mayor calidad, opta por aquellos que tengan la cabeza firme y pequeña, compacta, sin brotes y con la piel seca. Y, ¿conoces el ajo morado? tal vez sea buena idea incorporarlo a tu dieta si ves que tu gusto por bulbo es alto pero tu capacidad de aguantar su picor y sabor es pequeño.

Son numerosos los estudios que hacen referencia a las propiedades beneficiosas del ajo para reducir el colesterol,  bajar la tensión arterial, favorecer la circulación, su propiedad antiinflamatoria y como tratamiento para infecciones del tracto respiratorio y de las vías urinarias.

Recetas tradicionales con ajo

Aunque todos estos beneficios se siguen estudiando en la actualidad, no es de extrañar que sea un ingrediente presente en muchísimos de los platos tradicionales de nuestro país. Ejemplo de ello son la sopa de ajo, el gazpacho y varias salsas para aderezar platos, como el alioli tan típico de la gastronomía mediterránea.

La sopa de ajo es antiquísima, sencilla, práctica, nutritiva y económica y se elabora con agua caliente, pan duro, ajo, pimentón y sal. De esta sopa  posteriormente, han surgido muchísimas variantes como la sopa castellana con huevo escalfado, la sopa soriana con un puñado de setas senderuelas o a la andaluza, que consiste en utilizar como agua de cocción la obtenida al hervir una coliflor.

Como opción veraniega y muy completa podemos elaborar el Ajoblanco. El contenido de esta sopa fría son almendras crudas, pan seco, dientes de ajo, aceite de oliva, vinagre de manzana, agua, sal y pimienta. La combinación de acompañar el Ajoblanco con uvas o melón queda riquísima.

Como bien sabéis, una de las salsas más difundidas y conocidas es el alioli, que consiste en un majado de ajos ligado con aceite de oliva hasta formar una crema. Esta salsa se suele tomar acompañando carne, verduras o patatas asadas y a la brasa. También se usa para dar un toque a algún pescado como el bacalao o simplemente  untada en pan.

Otras opciones sencillas y rápidas para incorporar el ajo en tu día a día y beneficiarte de sus propiedades, pueden ser en encurtidos (con pepinillos o banderillas como aperitivo), frotado directamente en el pan o bien en formato seco espolvoreado, ideal para tus ensaladas o verduras variadas.

Después de todo, ¿aún te queda alguna duda para añadir ajo en tus recetas?

Compártelo ahora

Compartir en facebook
Facebook
Compartir en twitter
Twitter
Compartir en pinterest
Pinterest
Compartir en whatsapp
WhatsApp
Grupo Chovi especialistas en Alimentación