La tradicional casa rural ibicenca y su decoración interior ha sido objeto de estudio y fascinación por muchos expertos a lo largo del tiempo. Lo que encontraron los primeros visitantes fue una arquitectura que apenas había cambiado a lo largo de los siglos, y que se remonta a orígenes antiguos. Esto es porque Ibiza, durante la mayor parte de su historia, fue una sociedad aislada cultural y económicamente que tuvo que utilizar los recursos y el conocimiento locales, los únicos disponibles.
Su decoración, por tanto provino de una sabiduría popular que se transmitió de generación en generación, persiguiendo la subsistencia y la practicidad. Fue esta practicidad, junto con la simplicidad, la funcionalidad de cada elemento y su integración en el paisaje, lo que inspiró esta arquitectura arcaica única y atrajo a los primeros visitantes de esta «isla remota».

La sencillez de la arquitectura ibicenca

La casa de campo ibicenca está definida por un tipo de edificio de paredes gruesas, compuesto por módulos cuadrangulares y techos horizontales sostenidos por vigas de madera. Es una arquitectura simple y sobria. Todo el conjunto muestra un hogar completamente funcional, a menudo con muy pocos elementos decorativos pero muy coloridos y alegres, que crece en relación con las necesidades de expansión de la familia o el trabajo de las tierras.
Ninguna finca ibicenca es igual a la otra pero todas tienen ciertas características en común que las definen como un estilo de arquitectura propia, pero en su interior destaca un ambiente fresco y desenfadado que invita a la relajación y a la serenidad.

Naturaleza, color y vida: 3 pilares de la decoración ibicenca

Ibiza es sinónimo de la buena vida. Una isla famosa por su espléndida escena de fiesta, también es un lugar de increíble belleza, costas escarpadas y vistas inigualables. No es de extrañar que tantos creativos y arquitectos, europeos o no, terminen en este lugar mágico en el azul del mar Mediterráneo.
En esta isla idílica la vida es abundante y la naturaleza exhuberante. Al tener vistas inigualables que recorren el litoral de Ibiza, en la decoración típica ibicenca hay que conseguir  que cada elemento interior sea un ejemplo de lo que hay en el exterior. Cada línea debe correr paralela al mar creando un efecto infinito. Los pedazos de madera de forma libre y las cestas tejidas están en todas partes en todo el mundo para brindar una sensación orgánica al interior.
Precisamente esa naturalidad tiene que crear un efecto en los muebles y lugares de descanso y más aún si el edificio se encuentra en un acantilado rocoso, brindando vistas espectaculares a cualquiera que desee sentarse y trabajar.

Características del hogar ibicenco

El hogar típico ibicenco debe ser rico en texturas naturales, formas orgánicas, y acorde a la vida costera con colgantes con forma de red que son un guiño a los pescadores tradicionales de la zona.
Las vistas panorámicas deben ser elegidas para el dormitorio principal, con líneas baja y curvilíneas, una adición perfecta para mejorar las vistas.
Los edificios típicos de Ibiza son los cubos blanqueados pensados estratégicamente para maximizar la luz solar y la ventilación. De ahí que a la hora de elegir decorar una sala de lectura, primero debe estar en un lugar soleado pero en un patio sombreado, con una silla multicolor que rompa con el blanco inmaculado del entorno. En interiores o al aire libre, estos simples arreglos invitan a la relación, sin importar lo ocupado que esté.

Decoración étnica en interiores

Lo rústico se combina con lo étnico dando lugar a un entorno colorido pero sencillo. Los elementos se inspiran en la isla tradicional: muebles hechos de materiales naturales con colores terrosos, naturales y accesorios simples para el hogar, que combinan perfectamente con el entorno. Este estilo mantiene el encanto de una casa de campo tradicional y el carácter con líneas simples y pocos elementos decorativos.
Ibiza ofrece muchas tiendas étnicas y tiendas de decoración extravagantes, repletas de artículos hermosos y únicos de todo el mundo. Para lograr este estilo ecléctico, hay que mezclar y combinar piezas modernas con objetos antiguos, usar colores vibrantes y patrones fuertes, incorporar un toque de piezas metálicas con otras exclusivas que posean vibraciones étnicas orientales o africanas. En definitiva, crear una casa con personalidad en un entorno con apariencia de un espacio llano, una sensación de caos ordenado que se eligió por un significado o una historia.
La libertad de colores y sensaciones es la esencia de la decoración ibicenca con un solo objetivo, disfrutar de la vida, de las gentes y del amor.